Mujer y Adicción
El pasado viernes 6 de Octubre la Asociación Riojana para la Atención a personas con problema de drogas A.R.A.D celebró su 9ª Jornada de Formación sobre Mujer y Adicción.
«MUJER Y ADICCIÓN»
Vivimos en un contexto sociocultural que influye en los roles que desempeñamos en nuestra sociedad. A través de la influencia de la socialización, nuestra familia, el entorno educativo, los medios de comunicación, etc. las personas construimos el rol que desempeñamos y conformamos nuestra forma de vivir y relacionarnos con nuestro entorno. Este rol se comprende dentro del marco de las atribuciones que se otorga a cada género, ya que se establecen diferentes significados de lo que supone el "ideal de mujer" e "ideal de hombre". Finalmente, se traduce en prácticas, normas y valores que repercuten de manera diferencial y asimétrica en las personas en función de su género.
¿Cómo encaja todo esto con las adicciones?
Las adicciones suponen un problema de salud pública que afecta a todas las personas, ya que tal y como expusimos en las Jornadas Formativas del año pasado "todas las personas somos susceptibles de desarrollar un problema de adicción".
Desde la práctica profesional, detectamos que el género es un factor condicionante para el uso y abuso de sustancias, existiendo diferentes patrones de comportamiento que llevan a mujeres y hombres a consumir, así como desigualdades en las repercusiones y consecuencias en ambos casos. Por ello, nos vemos con la responsabilidad de defender la importancia de incorporar una mirada de género en las adicciones, comprender y dar a conocer los desafíos específicos que las mujeres enfrentan y ayudar a mejorar el acceso de las mismas a los recursos, ofreciendo una atención adaptada a sus necesidades.
Los mandatos de género y las expectativas sociales resultan más duras con las mujeres, lo cual dificulta su acceso a los tratamientos; llegando a tardar más de 10 años en pedir ayuda y, cuando lo hacen, nos encontramos que acuden con un deterioro muy grave a nivel físico, psicológico y social. Las mujeres sufren una doble penalización social y moral, lo cual provoca una falta de apoyo del entorno social inmediato (pareja y familia) y, por miedo a las repercusiones, ocultación del consumo. Seguro que alguna vez has oído "Qué mala madre, todo el día bebiendo, no piensa en sus hijos", "es normal que el marido no aguante esa situación, cualquiera acabaría harto", "él no se puede hacer cargo de todo y además de esa borracha". Estos factores dificultan el acceso en igualdad de condiciones a los recursos y/o tratamientos relacionados con las adicciones, agravando las consecuencias y situaciones de riesgo, entre las que encontramos: pérdida de custodia de hijos, disminución de su empleabilidad y acceso a trabajos bien remunerados, mayor exclusión social, aumento de la probabilidad de sufrir diversas violencias, prostitución, etc.
Para mas información aradrioja.org