En España, el 95% de los menores de 16 años utiliza el ordenador y el 98% usa internet. 

16.10.2023

7 de cada 10 menores disponen de un teléfono móvil, al que acceden desde los 11 años.

Existe suficiente evidencia científica para asegurar que el mundo digital tiene un impacto sobre la salud, no solo en la infancia, sino a lo largo de toda la vida. Lo que ocurre es que los niños y adolescentes son especialmente vulnerables. Y es un impacto que se produce a todos los niveles:

  • Físico
  • Social
  • Psicológico
  • Sexual.

Pero como apunta la doctora María Salmerón, coordinadora del grupo de trabajo de Salud Digital del Comité de Promoción de la Salud de la AEP:

"Debemos tener claro que las tecnologías han venido para quedarse y forman parte de nuestra vida". Y por eso, es fundamental dar herramientas a niños, padres, pediatras y autoridades educativas para aprender a utilizar las tecnologías de forma positiva y disminuir los riesgos que conlleva su uso inadecuado.

Con este fin, la Asociación Española de Pediatría (AEP), a través del grupo de trabajo de Salud Digital del Comité de Promoción de la salud de la AEP, ha elaborado el Plan Digital Familiar de la AEP, una guía de recomendaciones.

Entre las novedades de esta guía destaca que las recomendaciones que incluye pueden ser adaptadas a las necesidades de cada familia y a la edad de los menores que la componen.

Cuáles son los riesgos para los menores del uso inadecuado de la tecnología

Según los datos del Observatorio Nacional Tecnología y Sociedad (ONTSI), en España, el 95% de los menores de 16 años utiliza el ordenador y el 98% usa internet.

  • Respecto al teléfono móvil, 7 de cada 10 menores disponen de este dispositivo, al que acceden desde los 11 años.
  • De ellos uno de cada tres está enganchado a las redes sociales, a las que se conectan todos o casi todos los días, según una investigación de Unicef.

Porcentajes como estos preocupan cada vez más, a los especialistas por el impacto que pueda tener sobre el bienestar de los menores un uso excesivo de las tecnologías. Algunos de estos efectos negativos ya se han estudiado científicamente.

Entre ellos, la AEP destaca:

  • Mantener las pantallas encendidas "como ruido de fondo" genera distracción para el aprendizaje de vocabulario, atención y juego de los niños.
  • Pasar más de dos horas con un dispositivo digital en las manos impacta sobre la salud en varios ámbitos. En el físico, afecta al sueño, la alimentación, la salud ocular, etcétera. Socialmente, reduce la interacción social del niño con la vida real, y psicológicamente aumenta el riesgo de desarrollar síntomas depresivos.
  • Postura inadecuada. Cuando usamos los medios digitales estamos tumbados o sentados. Una mala postura favorece el dolor de espalda. Además, el uso repetido con los dedos sobre un teclado o mando de un ordenador o videoconsola cuando jugamos puede provocar lesiones en el aparato locomotor.
  • La fatiga visual digital provocada por el uso abusivo de pantallas genera ojo seco, picazón, lagrimeo, aumento o inicio de miopía en los niños y adolescentes, así como dolor de cabeza y de espalda.
  • Las pantallas durante las comidas se asocian con una mayor ingesta calórica, mayor riesgo de una dieta poco saludable y reducen la interacción de la familia durante la comida.
  • Usar pantallas antes de dormir provocan: dificultad para conciliar el sueño, disminución de la sensación de sueño, reducción de la secreción de melatonina y altera la arquitectura del sueño.
  • Los dispositivos dificultan la atención porque si los tenemos cerca, estamos pendientes.
  • Acceso a contenidos inadecuados para su edad o no veraces.


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