En los últimos años ha habido un empeoramiento de la salud mental, sobre todo en los adolescentes. 

31.10.2023

Entrevista al psiquiatra Marc Ferrer, jefe de Hospitalización del Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.

La inmediatez en la que vivimos, alimentada por la tecnología y las redes sociales, han contribuido a una "desregulación emocional" ante la que el cerebro de los adolescentes todavía no tiene herramientas.

"Hemos pensado mucho en nosotros y hemos pensado, con cerebro adulto, que les podíamos dar móviles, que les podíamos exigir, que nuestros hijos podrían ser supergenios a los 13 o 14 años... Pienso que les hemos hecho crecer demasiado rápido", resume el psiquiatra.

El Hospital Vall d'Hebron abrió hace poco más de medio año una planta de hospitalización psiquiátrica infantojuvenil, inexistente hasta ahora en Barcelona, donde afrontan buena parte de estos casos que, según Ferrer, con una buena prevención no se complicarían tanto. Por suerte, apunta que en los últimos años se ha hecho mucho trabajo y ahora ya existen más recursos.

En los últimos años ha habido un empeoramiento de la salud mental, sobre todo en los adolescentes. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Creo que es necesario hacer autocrítica. Es lógico pensar que los niños y adolescentes no necesitan tanta ayuda, porque son felices, eres joven, no te preocupas de tantas cosas... Pero eso no es así. Seguramente por la evolución de cómo vivimos, los recursos que quizás en algún momento eran suficientes, en muy poco tiempo ya no lo son. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya lo alertaba en 2010. Hay gaps espectaculares entre las necesidades y los servicios. 

La salud mental está en primer plano, y la falta de recursos para atender sus necesidades crecientes, también. El malestar emocional ha aumentado en los últimos años, sobre todo en los adolescentes.

En 2022, más de una cuarta parte de los adolescentes catalanes de entre 12 y 18 años (26,8%) se habían autolesionado por lo menos una vez y un 43,4% había tenido pensamientos suicidas.

"Estamos pidiendo a la gente joven que se adapte al cambio de forma demasiado rápida"

La inmediatez en la que vivimos, alimentada por la tecnología y las redes sociales, han contribuido a una "desregulación emocional" ante la que el cerebro de los adolescentes todavía no tiene herramientas.

"Hemos pensado mucho en nosotros y hemos pensado, con cerebro adulto, que les podíamos dar móviles, que les podíamos exigir, que nuestros hijos podrían ser supergenios a los 13 o 14 años... Pienso que les hemos hecho crecer demasiado rápido", resume el psiquiatra.

El Hospital Vall d'Hebron abrió hace poco más de medio año una planta de hospitalización psiquiátrica infantojuvenil, inexistente hasta ahora en Barcelona, donde afrontan buena parte de estos casos que, según Ferrer, con una buena prevención no se complicarían tanto. Por suerte, apunta que en los últimos años se ha hecho mucho trabajo y ahora ya existen más recursos.

En los últimos años ha habido un empeoramiento de la salud mental, sobre todo en los adolescentes. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

"Vamos tarde, pero con los nuevos recursos se puede compensar"

Creo que es necesario hacer autocrítica. Es lógico pensar que los niños y adolescentes no necesitan tanta ayuda, porque son felices, eres joven, no te preocupas de tantas cosas... Pero eso no es así. Seguramente por la evolución de cómo vivimos, los recursos que quizás en algún momento eran suficientes, en muy poco tiempo ya no lo son. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya lo alertaba en 2010. Hay gaps espectaculares entre las necesidades y los servicios.

¿Cuáles son los principales casos que atienden en la planta pediátrica?

Casos que no deberían ingresar porque debería haber recursos para evitarlo. Pero en el momento que llegan, debemos hacerlo. Casos ligados a la desregulación emocional y que en algunos casos hacen tentativas, autolesiones, verbalizan ideas de muerte. Los ingresamos porque existe un riesgo de nueva tentativa, porque existe una claudicación del entorno, porque a veces puede haber sintomatología depresiva grave. O a veces desarrollan problemas alimenticios, que sí puede ser una urgencia médica. Los casos que deberían ser clásicamente de ingreso en salud mental, una esquizofrenia, un primer episodio psicótico, un trastorno bipolar, que son poco frecuentes en esta edad pero también existen, representan un porcentaje pequeño.

¿Y qué debería hacerse para evitarlo?

Reforzar programas preventivos. [El Departament de] Salut se ha puesto mucho las pilas y se están creando muchísimos programas. Hay toda una serie de recursos que se han puesto en marcha en un período de tiempo cortísimo, de unos cinco años, en el que todo está claramente orientado a la prevención, a evitar que estos chicos y chicas se acaben complicando tanto como lo están haciendo ahora. El hecho de que las escuelas incorporen asignaturas de educación emocional o de uso adecuado de las redes sociales, son medidas que, desde mi punto de vista, pueden ser eficaces. Vamos algo tarde, pero sentimos que con todos estos recursos se puede compensar un poco.


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