Patología dual, una llamada a la comprensión y al trabajo conjunto

21.07.2025

Entre el 60% y el 70% de las personas con adicciones presentan trastornos mentales. 

"Las adicciones no son el problema, son la solución que una persona encontró para su dolor". Esta frase, cargada de verdad, nos invita a mirar más allá del estigma y a comprender que las adicciones, lejos de ser un fallo personal, son señales de un sufrimiento profundo. En el corazón de la patología dual –la coexistencia de adicciones a sustancias y/o comportamentales y otros trastornos mentales– hay historias de dolor, trauma, ansiedad o desconexión que no pueden abordarse sin una perspectiva integral y compasiva.

En España, se estima que entre el 60% y el 70% de las personas con adicciones presentan trastornos mentales comórbidos, como depresión, ansiedad o trastorno por estrés postraumático entre otros (Miquel, L., et al., 2011, Adicciones, 23(2), 165-172).

stas cifras reflejan una realidad compleja: las adicciones no son un problema aislado, sino una respuesta a heridas emocionales que afectan tanto a la mente como al cuerpo. Lo que no se expresa con palabras, a menudo se transforma en compulsión; lo que no se sostiene emocionalmente, se descarga físicamente. Por ello, el tratamiento no puede limitarse a suprimir la conducta adictiva, sino que debe explorar qué función cumple y qué necesidades humanas –pertenencia, seguridad, autoestima– intenta satisfacer.

Por eso, en Fedepadual, como Asociación Estatal de Patología Dual, defendemos un abordaje biopsicosocial integral que no sólo contemple al paciente sino también a su entorno más cercano: la familia. Mediante el acompañamiento familiar, las intervenciones deben ir más allá de técnicas y que requieren una mirada sin juicio, un "te veo" que valida el dolor y abre caminos hacia la recuperación. Las familias, agotadas por el impacto emocional, social y económico de la patología dual, son aliadas esenciales, pero necesitan apoyo, formación y recursos, como los Grupos de Ayuda Mutua (GAM) que ofrecemos.

Su implicación, gestionada por profesionales capacitados en todos los ámbitos, puede marcar la diferencia en el proceso de recuperación biopsicosocial de nuestros seres queridos, y, es por eso, que apoyarlas no es un añadido, sino una necesidad.

Además, la falta de profesionales especializados en adicciones y otros trastornos mentales en todos los ámbitos, la escasez de recursos y la ausencia de cribado temprano convierten la patología dual en una batalla diaria, porque muchas familias enfrentan el "síndrome de la puerta giratoria": ingresos hospitalarios recurrentes con una atención entre "condescendiente, reductiva, inconsistente e inexistente", sin un abordaje integral que ofrezca esperanza de recuperación.

Por ello, urge una especialidad de urgencias en patología dual y una coordinación y colaboración efectiva entre instituciones y administraciones para garantizar un sistema que escuche y apoye.

Y, ahí, como sociedad, también tenemos un papel crucial: cambiar la narrativa que ve las adicciones como defectos individuales y reconocerlas como señales de sufrimiento colectivo.

Nuestro llamamiento a los medios, a las instituciones, a los y las profesionales de la salud y a la ciudadanía en general para que se sumen a esta causa, nace, no sólo porque sea importante sensibilizar sobre la patología dual de forma sostenida y seria, no sólo porque sea necesario desterrar prejuicios y promover recursos que fortalezcan a pacientes y familias, sino porque creemos que el impacto de este proyecto de concienciación -como el comienzo de algo- no puede quedar disuelto en el tiempo como otra moda más, sino que debe reforzarse mediante políticas públicas efectivas financiadas desde las carteras de servicios de las administraciones.

Sabemos que la recuperación no sólo transforma vidas individuales, sino que impulsa el bienestar colectivo y de la comunidad. Juntos, con las y los familiares como aliados, podemos lograr que nadie tenga que huir de sí mismo para encontrar alivio mediante sustancias y comportamientos desregulados.

La patología dual es un desafío, pero también una oportunidad. Cuando escuchamos y comprendemos de verdad el mensaje que esconden los síntomas, comenzamos a construir una sociedad más saludable y solidaria. Juntos, juntas, con las familias como aliadas, podemos lograr que nadie tenga que huir de sí mismo para encontrar alivio. 

Fuente:lasdrogas.info

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