«Se culpabiliza y estigmatiza a la mujer por sus problemas de adicción»

27.09.2023

Alberto Marchante es el gerente de la Asociación AMAT, organización sin ánimo de lucro que nació en 1985 por iniciativa de varias familias, con alguno de sus miembros afectados por las adicciones a drogas, medicamentos, juego... Hoy, entre otros programas, está inmerso en el desarrollo del de 'Apoyo a la Inclusión para Mujeres en Riesgo de Exclusión Social por Problemas de Conductas Adictivas', que cuenta con la financiación de la Fundación 'la Caixa', y que, además de tratar las adicciones (entre las que destacan el consumo de alcohol y cannabis), busca acabar con la estigmatización que éstas provocan en la mujer por su sexo, como si estuviera peor visto que si se tratara de un hombre.

-¿Con qué fin nace el programa 'Apoyo a la inclusión para mujeres en riesgo de exclusión social por problemas de conductas adictivas'?

Nace con la intención de reducir la brecha existente entre géneros a la hora de acudir a los centros de adicciones, donde mayoritariamente van hombres. En las estadísticas oficiales mujeres y hombres presentan datos similares de consumo en algunas sustancias. Sin embargo, las peticiones de ayuda son menores en mujeres por cuestiones psicosociales, relacionadas con el género. Con este programa pretendemos minimizar esta situación.

-¿A qué perfil va dirigido?

-A cualquier chica o mujer que pueda tener dificultad con las conductas adictivas, tanto a sustancias como a juego patológico. Pero también a sus familias, y a toda la sociedad para que vayamos derribando esas barreras y estigmas que tradicionalmente se han ido construyendo en relación a la mujer con adicciones.

-Usted destaca que al problema de la adicción, a las mujeres se les suma el sentido de culpabilidad y estigma por caer en ello.

-Lamentablemente, las adicciones siguen teniendo hoy en día muchos estigmas sociales, donde se culpabiliza a la persona por padecer la enfermedad. Parece que es algo buscado y merecido como castigo, cuando en realidad no es así. Si además le añadimos las connotaciones de género que exigen a la mujer ser buena madre, buena hija, estar dentro de unos cánones establecidos, el estigma para la mujer con problemas de adicciones se incrementa exponencialmente. Lo peor es que ellas mismas lo asumen como real y lo viven así.

-¿Esta es una de las razones por la que acuden a pedir ayuda en menor medida que los hombres? ¿Cómo subsanar el problema?

-Claro. Si la mujer con adicciones interioriza que no ha cumplido con lo que se espera de ella, y encima es juzgada por ello, lo más lógico es que invisibilice su problema. Que se aísle. Otro de los factores de género es la tendencia psicosocial de que la mujer ha de mantener un rol de cuidadora. Pero, ¿y cuando es ella la afectada? Para poder solucionar esta situación debemos entender que la adicción es una enfermedad que le puede afectar a cualquier persona. También debemos garantizar que la mujer tenga su espacio propio para conciliar su vida familiar y laboral, con su tiempo para ponerse en tratamiento

-¿En qué consiste el tratamiento?

-De la misma forma que los hombres, han de acudir semanalmente y durante muchos meses para afrontar con terapia las circunstancias que han propiciado la adicción. Deben hacer algunos cambios significativos y mantenerlos en el tiempo. Sin embargo, hay que favorecer en la mujer que pueda compatibilizar ese tiempo imprescindible con los roles que socialmente le han asignado, el cuidado de hijos o familiares y peores condiciones laborales, que muchas veces les hacen abandonar.

-La sensibilización de la sociedad es otro de los objetivos del programa. ¿Cómo lo van a afrontar?

-Vamos a elaborar campañas de divulgación que nos ayuden a incidir en la necesidad de visibilizar y normalizar la figura femenina como parte fundamental de nuestra intervención. También contactaremos con profesionales y recursos de otras áreas donde predomina la mujer y que aprendan a poner el foco sobre ello. Hay que valorar la posibilidad de que circunstancias padecidas por la mujer quizás tengan en la base una problemática de adicciones añadida, que está oculta. Nuestra entidad ya dio el paso para tener un nombre inclusivo, nuestro lenguaje va dirigido a las personas y en nuestras imágenes y publicaciones favorecemos la aparición de mujeres. Difícilmente vamos a integrar la figura de la mujer si no conseguimos que se sientan identificadas.

-¿Qué adicciones son las más habituales en la mujer?

-La importancia de trabajar con una mirada integral es que podemos detectar y analizar diferencias entre géneros, y tenerlo en cuenta para las intervenciones. En las mujeres que acudieron a AMAT, durante el pasado ejercicio, localizamos mayor prevalencia de demandas por alcohol y en cannabis, sobre todo en chicas jóvenes. También existe la cocaína, pero en menor medida que sucede en hombres. En problemas de juego la mujer tiene también mucha menor incidencia.

Fuente: eldiariomontanes.es



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